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Es lícito preguntar dónde toma forma todo esto, entonces. Bien, ¿quién escribe lo que pone en un folleto? ¿Está estudiada la sintaxis de un eslogan? ¿Qué palabras dirías para mover a más de 1000 personas desde un escenario?     No, “rock´n´roll” o “hip hop” no fueron inventadas por casualidad. A eso se dedica INQ.

 

Encontrar los espacios en los que se activa sin permiso necesario nuestro sentido de la lectura, es un primer paso para que ese lector busque el siguiente texto del mismo autor.

 

El comunicador necesita darle forma de frase para transmitírselo al próximo receptor, y poner así en marcha una difusión puramente humana. Ponérselo fácil es diseñar la frase que desata la información. La mente está hecha de un material que responde, y las palabras son reactivos bien conocidos.

 

Ahora imagina un anuncio, una camiseta, un cartel, que diga: "Una imagen vale más que mil palabras". ¿Qué es lo que estás viendo? Estás viendo INQ.

Todos hablamos, por oral o por escrito. Por esa causa común, todos preferimos leer u oír a quien usa esta vía como nos gusta.

 

También nos encanta cómo nos habla todo lo no verbal. La imagen es capaz de llegar a zonas a las que la palabra tiene limitada su entrada, ya sea por una cuestión de idioma o porque no siempre palabra e imagen quieren decir lo mismo.

 

Del mismo modo, solo el lenguaje verbal conoce la ruta a ciertas áreas, y solo él puede conseguir que el cerebro lea. Por ambos caminos se llega a la meta, un mensaje.

 

A la hora de trabajar con ese mensaje, hay que tener presente que el significado es tan solo un uso, y cada letra es una imagen que solo tiene un significado. Es en ella donde cohabitan las posibilidades de ambas formas de hablar.

 

INQ estudia la publicidad redactada en tu proyecto, tu compañía, tu iniciativa, y pone a punto el formato, el contenido y la respuesta del lector para dar rienda suelta a la comunicación.

Repita conmigo: "Una imagen vale más que mil palabras".

Sin dejar de ser cierto, una afirmación que tantos han querido decir deja ver que el valor de una frase también está por encima de su número de palabras.

 

Pero las frases ingeniosas despiertan el interés, no lo mantienen. INQ es la manera de guiar esa atención a través del mensaje escrito, pues basta con poner a las letras en las palabras correctas, a las palabras en las frases adecuadas, y a las frases en el formato que se debe, y el receptor no podrá evitar leerlo.

 

Por pura curiosidad o por terminar de leer lo que ha empezado. Reconocer lo que nos rodea es parte de nuestra naturaleza, y, al enseñarnos a leer, el ojo tiende a reconocer lo que está capacitado para interpretar. Al principio es instinto, en segundo lugar llega la atención.

Define INQ

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